Sebastião Salgado y su esposa plantan más de dos millones de árboles devolviendole vida a un bosque golpeado por la deforestación.

Reforestando dos almas
En 1994 Sebastião Salgado se encontraba regresando a Minas Gerais, un Estado perteneciente a Brasil. Luego de años dedicados a la fotografía, su último proyecto habia consistido en documentar el terrible genocidio de Ruanda. El horror que visualizó lo dejó desolado y decidió buscar cura a si mismo tomando un descanso. Así fue como se hizo cargo de una finca familar que se encontraba en esa zona.
Sin embargo, la imagen que se encontró no era la recordada. “La tierra estaba tan enferma como yo, todo fue destruido” relata Sebastião. La desenfrenada desforestación había acabado con lo que alguna vez fue un abundante bosque. Ahora estaba completamente seco y erosionado. Y esto había implicado también la desaparición de la vida silvestre.
Lejos de perder la esperanza, Léila Deluiz Wanick Salgado , su esposa, tuvo la brillante idea de darle una nueva oportunidad a aquel bosque. Así fue como surgió la fundación del Instituto Terra. Trata de una pequeña organización ambiental que tiene el objetivo de recuperar el ecosistema y la biodiversidad.
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