Miteni enfrenta actualmente una demanda debido a que fue señalada como responsable de la contaminación de Pfas y exponer la salud de cientos de personas.

Desastre ambiental
Miteni era una empresa química italiana que producía para las industrias agroquímica y farmacéutica. En el 2018 se declaró en quiebra y ahora está acusado de causar el mayor desastre ambiental relacionado con sustancias perfluoroalquiladas (PFAS) en Europa. Alrededor de más de 350.000 residentes en Veneto han estado expuestos a la contaminación a través del agua del grifo.
El 12 de octubre y el 30 de noviembre Miteni tuvo audiencias producto del caso judicial que ahora enfrenta. Son más de 200 demandantes residentes de los 21 municipios afectados. La zona perjudicada se la denominó “zona roja”, y en los exámenes de sangre de los demandantes se encontraron niveles asombrosamente altos de PFOA.
El Instituto Nacional de Salud de Italia (ISS) estableció el límite de umbral de PFOA en el torrente sanguíneo en 8 nanogramos por mililitro (ng / ml). Una de las familias afectadas, los Bà, habían alcanzado 262 mientras que los empleados de Miteni se vieron aún más afectados. Uno de sus trabajadores alcanzó los 91.900 ng / ml.
Los estudios de Chiara Bà, una maestra de 28 años, apuntan a una correlación entre las PFAS y las complicaciones del embarazo, así como las tasas de diabetes, hipertensión y cáncer de un 10 a un 25 por ciento por encima del promedio nacional. “Cuando estás enfermo, no se trata solo de ti. Todo el mundo se enferma contigo ”, cáncer de un 10 a un 25 por ciento por encima del promedio nacional”, lamenta Chiara.

Quiénes son los acusados
Trece gerentes de Miteni y sus principales accionistas, el International Chemical Investors Group (ICIG) de Luxemburgo y la japonesa Mitsubishi Corporation, ahora enfrentan cargos penales por contaminación y desastre ambiental.
Matteo Ceruti, abogado de la fiscalía en el juicio, espera que los acusados se declaren inocentes en la próxima audiencia, prevista para enero. Para marzo se prevee la acusación: un juicio que será, en palabras de Ceruti, “extremadamente complejo” y que durará de uno a dos años.
Si los encuentran culpables, los administradores se arriesgan a ir a la cárcel y podrían pagar decenas de millones de euros en multas. El Ministerio de Medio Ambiente de Italia, la autoridad regional de Véneto y los proveedores de servicios de agua están exigiendo que quien contamina pague. Veneto ya ha gastado más de 2 millones de euros en la instalación de filtros de carbón activado por parte de los proveedores de servicios de agua y el Instituto Nacional de Investigación y Protección Ambiental de Italia (ISPRA) estimó el costo total de la limpieza en 136,8 millones de euros.
PFAS, el grupo de químicos perjudicales
El uso de PFAS se volvió omnipresente antes de que se supiera acerca de sus riesgos ambientales y de salud a largo plazo.
Se utilizan en una gran variedad de productos de uso cotidiano de distintos rubros como sartenes antiadherentes, cremas, cósmeticos, textiles, productos farmaceúticos, pinturas, entre otras.
Este grupo contiene alrededor de 4.000 sustancias químicas se conoce como “sustancias químicas permanentes” porque no se descomponen y pueden acumularse con el tiempo en el suelo y el agua. Hasta ahora, solo dos derivados del grupo PFAS, PFOA y PFOS, han sido regulados en la UE bajo el Convenio de Estocolmo y la regulación de químicos REACH, pero las empresas se han apresurado a cambiar a otros químicos no regulados.
Es por eso que la Comisión Europea propuso el mes pasado en su estrategia de productos químicos eliminar gradualmente todos los PFAS no esenciales.
Miteni, antes conocida como Rimar, comenzó a probar materiales textiles hidrorrepelentes en 1964. La compañía fue adquirida y rebautizada por Mitsubishi y EniChem, la rama química del gigante petrolero italiano ENI, en 1988.
Según una investigación parlamentaria italiana, Mitsubishi tenía el 90 por ciento de las acciones entre 1997 y 2001, tiempo durante el cual encargó evaluaciones ambientales y “tenía conocimiento de la contaminación de las aguas subterráneas en su sitio”. Miteni fue comprada por ICIG en 2009 y la investigación sugiere que la compañía continuó operando de la misma manera.
Mientras tanto, la Agencia Regional de Veneto para la Protección del Medio Ambiente (ARPAV) carecía de herramientas adecuadas para monitorear las descargas de aguas residuales. “Imagínese pedirle a la policía que detenga a una persona en una gran metrópolis sin tener un nombre o una descripción”, dijo Luca Marchesi, director general de la agencia.
El agua potable de Veneto fue certificada como segura tiempo atrás, debido que el identikit que se precisa para detectar una sustancia solo está disponible para aquellos productos químicos regulados a nivel nacional, que no incluyen PFAS.
Ante este motivo, Marchesi opina que “lo que necesitamos es un sistema regulatorio que nos permita realizar pruebas cuando se introducen los productos químicos, en lugar de cuando es demasiado tarde”.

El Consejo Nacional de Investigación de Italia (CNR) se propuso monitorear la presencia de PFAS en el país en 2013. Las noticias sobre la contaminación del agua potable del Véneto ocuparon un lugar central, pero el estudio reveló la amplitud de la crisis en los cuerpos de agua en Italia.
“Los PFAS están en todas partes”, dijo Stefano Polesello, investigador del CNR. “El problema con estas sustancias es que no se biodegradan sino que se acumulan en el organismo” y en la cadena alimentaria.
Varios países de la UE han establecido límites de agua potable para algunos grupos de PFAS e Italia está discutiendo un proyecto de ley que se espera aprobar a finales de año que va en esta dirección. Polesello llamó a esto una “hoja de parra” y dijo que todos esos productos químicos deberían ser reemplazados por sustancias biodegradables.
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