Para movilizar la inversión los objetivos y proyectos medioambientales son clave.

Recuperación económica tras crisis
Las inversiones en I+D y nuevas tecnologías y la consolidación de un sector industrial potente y moderno tienen una relación directa con la capacidad de blindaje y recuperación económica tras las crisis. La relación entre el desarrollo industrial y la inversión de la I+D+i de los países, y su capacidad de recuperación tras las distintas crisis económicas, es directamente proporcional.
España ya ha presentado su proyecto de Ley de Cambio Climático que sitúa al país dentro de las exigencias firmadas en los acuerdos de París y que supondrá la neutralidad en emisiones de CO2 para el año 2050. Se le suma también los compromisos que tiene en el marco de la política energética de la Unión Europea,y es por eso que presentó a la UE su Plan Nacional Integrado de Energía Clima (PNIEC).
El PNIEC establece una inversión de 241.412 millones de euros entre 2021 y 2030 para alcanzar los objetivos climáticos. A su vez, considera que el 80% del total de la inversión deberá ser realizada por el sector privado. Obviamente, los cálculos realizados por los expertos no consideraron que al poco de enviar un nuevo borrador a la UE íbamos a encontrarnos con una situación de parada en seco de la actividad económica a nivel nacional.
En el 2008 España ha enfrentado en el 2008 una crisis donde su producción industrial tuvo una caida del 30% respecto al año anterior. Actualmente se encuentra atravesando la pandemia que azotó a todo el mundo. Es normal que haya dudas sobre si se deben mantener estos objetivos climáticos que por cierto, son de nivel ambioso.

Las nuevas figuras de contratación energética, por ejemplo, son una herramienta clave en la reducción de la volatilidad del precio de la energía. La configuración de contratos PPA (contratos de suministro eléctrico a largo plazo basados en las tecnologías renovables) son una tendencia a nivel mundial y suponen un gran apoyo en la reducción de la incertidumbre sobre el precio de la energía.
No obstante, el aporte de las energías renovables no es suficiente para cumplir nuestros objetivos y el PNIEC lo deja claro en su apartado 2.2: “Primero, la eficiencia energética”. Una mejora de la eficiencia de entre un 30 % y 40% requiere de un nivel de inversión alto, en el que los programas de ayudas y subvenciones cobrarán más importancia si cabe, teniendo en cuenta la situación de crisis actual. El apoyo de los fondos europeos estructurales y herramientas nacionales como el Fondo de Carbono o el Fondo Nacional de Eficiencia Energética son una herramienta efectiva que hay que mejorar e impulsar.
El PNIEC contempla dos puntos clave para poder llegar a los niveles de inversión y reducción de emisiones fijados y que podrán suponer el punto de apoyo de esa palanca necesaria para salir de la crisis económica que nos acecha: I+D y fiscalidad.
La I+D+i va a ser clave para el desarrollo de nuevas estrategias sostenibles. El desarrollo de nuevas tecnologías más eficientes, que pongan el foco en la reducción de consumos energéticos y de materias primas, economía circular, captura de CO2 y generación renovable, deberá ser la base de un modelo económico-energético sostenible en el tiempo.
I+D+I e Inversiones Medioambientales
Los programas de apoyo, basados en subvención y financiación son una de las llaves para movilizar la inversión necesaria.
Es necesario incentivar a las empresas, y una herramienta excepcional para ello la tuvimos en nuestra política fiscal hasta hace relativamente poco con las deducciones medioambientales.
Las deducciones fiscales por I+D+i y por inversiones medioambientales son sin duda un aliciente efectivo, justo y sostenible necesario para que el PNIEC cobre sentido y siente una base sólida en la movilidad de inversión necesaria para cumplir con nuestros objetivos de crecimiento económico y sostenibilidad.
El PNIEC en efecto, puede ser una herramienta que ayude a paliar un poco la próxima crisis económica, pero si se apuesta con firmeza y se desarrollan aquellos puntos clave que incentiven tanto a empresas como a ciudadanos, puede convertirse en la palanca que permita salir reforzados de la situación actual y que fundamente los cimientos de una economía potente, sólida y sostenible.

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